La vida está llena de decisiones que tomar. Se toman decisiones desde que se abren los ojos en la mañana hasta que se cierran en la noche.
¿Qué desayunaré hoy? ¿Qué almorzaré? ¿Qué cenaré?.
¿Qué ropa usaré hoy? ¿Qué haré hoy?.
Las decisiones van desde las más sencillas a las decisiones más complejas: ¿qué estudiaré en la universidad? ¿acepto aquella propuesta de empleo o no? ¿me caso o no me caso?.
Una decisión bien tomada te llenará de éxito y felicidad. Una decisión mal tomada puede causar daños irreversibles en tu vida. Sin duda debemos saber elegir bien. Pero, ¿cómo hacerlo?.
La Palabra de Dios nos brinda una serie de guías para tomar las mejores decisiones para nuestra vida, donde podemos tomar tres pasos importantes para poder tomar una buena decisión.
1. Salmos 119:105 nos dice que "Lámpara es a mis pies tu palabra y luz para mi camino"
La Palabra de Dios es nuestra mejor guía para tomar decisiones acertadas. En ella podemos encontrar los mandamientos de Dios, su dirección y muchos ejemplos de personas que, al igual que tu, tomaron buenas y malas decisiones. Podemos aprender de ellos, podemos ser guiados por Dios para tomar una buena decisión.
Si permanecemos en Su Palabra, conoceremos la verdad, y "la verdad os hará libre" (Juan 8:32).
2. En Salmos 37:5-6 el salmista nos dice "Encomienda al Señor tu camino; y espera en el y el hará".
Encomendar es encargar a una persona que realice una tarea por ti. Esto quiere decir que podemos encargar a Jesús la tarea de guiar nuestro camino. Al mismo tiempo solo debemos esperar, de modo que vivamos "echando toda vuestra ansiedad sobre Jesús, porque el tiene cuidado de nosotros" (1 Pedro 5;7).
No debemos olvidar que Dios es quien conoce toda nuestra vida, y que si oramos a Jesús, el nos escuchará, y si cumplimos sus mandamientos "decidirás una cosa y se te cumplirá, y en tus caminos resplandecerá la luz" Job 22:28.
Debemos aprender a encomendar a Dios cada paso que demos, cada decisión que vayamos a tomar, cada camino que tengamos que transitar, pidiendo de antemano que su voluntad sea hecha en nuestra vida. Démosle la responsabilidad a Jesús de guiar nuestra vida. De que él sea quien obre, no nosotros, de tal manera que podamos ver su gloria.
3. Y por último "No te preocupes por el día de mañana, porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástate cada día sus propios problemas" (Mateo 6:34).
Las decisiones que tomes tendrán una consecuencia, sea positiva o negativa, pero no te afanes por algo que aún no sucede. Sea lo que tengas que decidir tómalo con calma: Piensalo, meditalo y ponlo en oración a Dios. Clama a Dios que él te mostrará "cosas grandes y ocultas que tu no conoces".
Antes de tomar una decisión, sea la que fuere, pide a Dios que te muestre aquellas cosas que tú no conoces. Que te revele aquellas cosas ocultas que quizá aparentan ser buenas, pero que en el fondo solo buscan tu destrucción.
Pon en manos de Dios aquel noviazgo, quizá aparenta ser la persona correcta, pero solo Dios sabe que es lo que hay en su corazón.
Pon en manos de Dios esa carrera universitaria, Dios no será el que te inscribirá en la facultad, pero pondrá en tu corazón la certeza de cuál es tu vocación.
Pon en manos de Dios ese negocio que tanto deseas iniciar, que él sea uniendote a los socios correctos, poniendote a las personas correctas y de buena voluntad.
Pon en manos de Dios tu vida, permite a Dios guiarte y apartar a aquellas personas que no te hacen bien y te acerque a los que realmente buscan tu bienestar.
Para terminar, ¿cómo sabrás si tomaste una buena decisión o no?.
Una buena decisión te dará seguridad.
Una buena decisión te dará tranquilidad.
Las buenas decisiones te darán paz, porque "el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz" (Santiago 3:18)
No hay comentarios:
Publicar un comentario