El viaje comenzaba a llegar a su fin tras un largo día de playa.
El sol aun brillaba cuando Francisco, el líder del grupo, comenzó a indicarles a todos que debían buscar un lugar donde enjuagarse y regresar al bus lo antes posible .
Carlos y Ana habían pasado todo el día juntos, pero distantes a la vez.
Hacía 3 meses habían comenzado una relación, pero la familia de Ana deseaba impedirla de cualquier manera.
- Ese tipo no puede ser tu enamorado, decía Federico, padre de Ana.
- Pero hermana, mira a ese chico, no tiene futuro ni tendrá donde caerse muerto, acentuaba Juan.
Sin embargo la terquedad de Ana y su ciego amor de adolescente le hacía luchar contra todo por mantenerla.
Carlos se había colado en este viaje, no había sido invitado, pero logró adquirir un puesto en el tour y viajar a las costas de Salamanca. Con prudencia mantuvo distancia para evitar cualquier inconveniente con la familia de Ana, pero dentro de sí, el buscaba una oportunidad para pasar con ella, así sea solo un momento, pero el reloj era su enemigo y ahora estaban a punto de marcharse.
<<Vamos Ana, en esta casa alquilan duchas y nos podemos cambiar>> Gritó Zoe, mientras señalaba una casa de color amarillo de dos pisos.
Ambas avanzaron hacía aquel lugar mientras el resto de la familia de ambas las seguía.
La casa era grande y tenía un pequeño jardín rodeado por una cerca color blanco.
Carlos miraba desde lejos mientras Ana caminaba hacía aquella casa. El se enjuagaba en unas duchas públicas que estaban instaladas en el malecón.
-Esta es mi oportunidad, pensó Carlos, debo entrar a esa casa y encontrar a Ana.
Se cambió de ropa rápidamente y salió rumbo a la casa amarilla.
Al caminar iba ideando el plan para poder estar con ella, así sea unos minutos.
Llegando al jardín de la casa ve a Pedro salir. Pedro era amigo de ambos, conocía de la relación y de sus dificultades.
-¿Donde está Ana? le murmuró Carlos a Pedro
- Arriba, subiendo las escaleras a mano izquierda. Está con Zoe. Contestó Pedro en baja voz.
-¿Y la familia?
- En la casa de alado, aquí ya no había lugar.
Carlos subió las escaleras con rapidez pero tratando de hacer poco ruido. Las escaleras eran angostas y tenían forma de caracol.
Al llegar a la parte superior había una pared. En el lado derecho habían dos puertas blancas, similar en el lado izquierdo.
-Izquierda me dijo Pedro, pero ¿cual de las dos puertas será?, murmuró.
En ese momento, del lado izquierdo, se abre la puerta más próxima a la escalera y sale Zoe con una toalla envuelta en el cabello. Ella, al ver a Carlos. bajó las escaleras rápidamente huyendo de la situación.
Carlos avanzó hacia Ana quien también salía de la habitación y sorprendida ella le dijo:
-¿Qué haces aquí? Si mi papa se entera me mata.
- Estas hermosa. Respondió Carlos sin titubear.
Ana estaba vestida con un jean celeste, blusa de tirantes color azul con rayas horizontales blancas, el cabello húmedo y una toalla en sus manos.
Carlos tomó la mano de Ana y le dijo:
- Tus padres están en la casa de alado. Vine a este viaje por ti. Aguanté las criticas por ti. Todo lo he hecho para llegar a este momento.
-Pero tengo miedo, no quiero tener problemas.
El recorrió con su brazo derecho la cintura de Ana, abrazándola, mientras que con la mano izquierda acariciaba las mejillas teñidas de rosa producto de la situación. Ella no opuso resistencia.
Los latidos del corazón de ambos se intensificaron. Sus miradas se volvieron profundas. El trataba de mostrar tranquilidad, pero sus piernas comenzaban a temblar de temor y ansiedad.
Acercó su rostro al de ella. Y la besó.
El reloj detuvo su marcha. Los sonidos dejaron de existir y la calma llegó.
Ella pasó sus brazos alrededor del cuello de el. Y lo besó.
Era el primer beso de ella. Era el primer beso sincero de el.
El sacrificio valió la pena. El viaje, el tiempo y el dinero cobraban sentido en aquel momento.
Duró poco o duró mucho: Eso no importa. En el corazón de ambos ese momento fue eterno.
Una voz que sonaba lejana se escuchó en la parte baja de la escalera.
-Anaaaaaa- Grito Zoe - Vamos que tu papá te esta buscando.
La eternidad había llegado a su fin.
Ana miró hacia la parte baja de la escalera. El dejó de abrazarla y ella bajó.
El se quedó parado mirando la escalera esperando que suba de nuevo y lo bese. Pero no sucedió.
Carlos bajó después de unos instantes, se encontró con Pedro y ambos se dirigieron al bus que los llevaría a casa.
El no dejaba de pensar en ella. Había besado muchas chicas antes, pero sintió que fue la primera vez.
Ana no dejaba de pensar en aquel momento. Su primer beso. Aun estaba nerviosa, pero feliz. Se sentía segura. Se sentía viva. Se sentía amada.
fin.