El brillo de su sonrisa antecede su llegada.
Aun es temprano en la oficina, pero ella ya esta sonriendo.
Con tan solo pasar la puerta de vidrio que separa la oficina de la avenida principal puedes percibir su perfume, un 212 de Carolina Herrera. ¡Hipnotizante!
Su "buenos días" acompañado de su sonrisa me hace olvidar que aun no he desayunado.
Ella viste un jean azul y una blusa rosada. Ella no se complica.
¿porqué debería de hacerlo? Tan solo basta ver su sonrisa y sus hoyitos en las mejillas para agradecer a Dios por otro día más en la oficina.
Pasa por mi lado derecho directo a su puesto de trabajo y de inmediato "Desde Cuando" de Alejandro Sanz suena en su reproductor.
-Está enamorada - pienso inmediatamente.
Se coloca sus lentes y se dispone a trabajar, pero antes, saca un chocolate de su cartera y lo coloca sobre su escritorio.
El sonido de mi teléfono me distrae un segundo.
-¿Alo? - Contesté. Volteo a verla y noto que el chocolate ha desaparecido.
Con su mano izquierda juega con la envoltura vacía antes de botarla a la papelera.
Se ve radiante. Se feliz. Se ve hermosa.
El día se va volando. Ella toma su cartera y se marcha.
Apago las luces y me voy.
Ya deseo sea mañana para volverla a ver.
Es la mujer más feliz que he visto en mi vida. Su alegría me conmueve. ¡Ya quisiera ser tan feliz como lo es ella!
----------
Otro día más de trabajo -Pensé- ¡Quisiera quedarme en casa! ¡No tengo ánimos de nada!. Tocará sonreír nuevamente, sino comenzarán a preguntarme que me pasa y no, no tengo ánimos de hablar de mi vida.
- Buenos días- Saludé
Carajo, otra vez está ese chico de seguridad que me morbosea. Mejor me apresuro a mi puesto de trabajo.
Jean y blusa. ¡Linda forma de iniciar mi día!. ¡Claro! Luego dirán "ella viene así porque es la engreída del jefe"
¡Que manera de mirarme ese chico!. ¡Morboso!.
Calma. Paz. Respira. Uno. Dos. Sonríe. Sí, así
Mejor algo de música para calmarme. Vamos Alejandro, haz lo tuyo.
No he desayunado. ¡Puerco despertador que no sonó!.
Creo que en mi cartera tengo un chocolate. Tocará Noggy como desayuno. No hay más.
¡Carajo! me sigue mirando ese chico.
Quisiera apretarle el cuello como si fuera la envoltura del chocolate y así deje de andarme mirando
Quiero llorar del coraje, pero mejor sonrío.
Es mejor sonreír a que me pregunten: ¿porque estás triste? ¡como si realmente les importara!
¿Y mañana que perfume me pongo? Ya no tengo ninguna muestra de las que me regalo mi mamá.
¡Qué día tan lento! Mejor me voy. Prefiero irme a casa, encerrarme en mi cuarto y llorar tranquila.
Bah! Pensar en el. No sirve de nada pero lo hago.
Gracias a Dios existe el maquillaje y el anti-ojeras, sino cada día le diera cuentas a todos de lo que me pasa.
Quiero que sea sábado. Solo ahí puedo tener paz, o bueno, por lo menos no sentirme tan mal.
¡Que complicada que soy!
No hay comentarios:
Publicar un comentario