Las luces de la ciudad comenzaban a encenderse. La noche irrumpía con su presencia pasada las 6 de la tarde.
Era una noche oscura, las nubes ocultaban el brillo de la luna. Su vestido negro combinaba con el color del cielo.
Era una noche oscura, las nubes ocultaban el brillo de la luna. Su vestido negro combinaba con el color del cielo.
Mi camisa beige resaltaba un poco mas de lo normal.
Entramos al restaurante con algo de nervios. No todos los días cenamos en un restaurante 5 estrellas. La vista al malecón deleitaba los ojos. El puente que une al país alumbraba a lo lejos.
-Buenas noches, ¿Los puedo ayudar?. Preguntó amablemente la chica de recepción.
-Si. Mesa para dos por favor. Contesté.
-Vengan por aquí. Respondió amablemente la chica, mientras caminábamos hacia una mesa con 4 puestos.
-¿Podemos sentarnos en esa mesa? Consulto mi acompañante mientras señalaba una mesa para dos personas.
-Lo siento, esta reservada. Indicó nuestra anfitriona.
-Pero esa reserva tiene tu nombre- me dijo mi compañera, mientras me miraba. -Es nuestra mesa-. Acentuó.
-Si. Mesa para dos por favor. Contesté.
-Vengan por aquí. Respondió amablemente la chica, mientras caminábamos hacia una mesa con 4 puestos.
-¿Podemos sentarnos en esa mesa? Consulto mi acompañante mientras señalaba una mesa para dos personas.
-Lo siento, esta reservada. Indicó nuestra anfitriona.
-Pero esa reserva tiene tu nombre- me dijo mi compañera, mientras me miraba. -Es nuestra mesa-. Acentuó.
Efectivamente la mesa estaba reservada a mi nombre. Habían recibido mi correo de reserva. Luego me enteré que hasta lo habían contestado.

La botella de vino, cortesía de la casa, fue el aliciente perfecto para abrirnos un poco más al tema en cuestión, mientras el cielo comenzaba a recordarnos que estábamos en invierno.
La lluvia. El vino. Y las mariposas que decoraban el lugar nos llevaron a conversar de los cambios que viviríamos en cuestión de horas. El tiempo se convirtió en un enemigo personal.
La última copa de vino no fue motivo de brindis ni de celebración. Fue más bien el indicativo que la cena llegaba a su final, y con ella, un recuerdo más para nuestro libro personal.
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